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¿Por no pagar una “vacuna”? Detalles de asesinato de tendero en Chambacú


La pesadilla que hace meses vivía Carlos Alberto Calado Cardales pareció acabar hace seis meses, pero en la mañana del miércoles su verdugo le demostró lo contrario. A la misma vivienda donde llegó tantas veces, apareció, y sin importarle que lo reconocieran le disparó indiscriminadamente.

“Lo tuve en mis brazos, estaba con él cuando la moto llegó y el parrillero disparó. Corrí a abrazarlo y lo sostuve hasta que se lo llevaron a la clínica... Le decía que aguantara, que esperara, que no se me fuera, pero en la operación lo hizo, no aguantó”. Entre lágrimas, la pareja sentimental del hombre narra sus últimos minutos de vida en la calle conocida como la Pared Blanca, en Chambacú.



Los gritos, la moto huyendo y los balazos alertaron a los que a las 9:42 de la mañana del 5 de julio estaban en el sector. Salieron a ver qué ocurría en la tienda La Fraudita y vieron la escena: Carlos estaba en el suelo, junto a su pareja y su hija pequeña, que lo vio todo.

La comunidad señala al parrillero, alias ‘Ojito de las Marmotas’, de impactarlo y darse a la huida”. Policía Metropolitana. Ese primer informe de la institución, sin embargo, no aclaraba los motivos de los responsables para perpetrar el crimen. Con el relato de la familia y vecinos, hay más claridad de lo que sucedió. Trágico final Carlos Alberto vivía en Chambacú con su mamá, su pareja sentimental y la menor de sus siete hijos, una pequeña, de 3 años. En esa vivienda, frente a un solar, tenía el negocio al que se dedicaba a diario: la tienda La Fraudita.


Desde hace meses, sujetos se le acercaron y le exigieron dinero a cambio de no atentar contra él y los suyos. A regañadientas accedió y pagaba lo que cada cierto tiempo le pedía el hombre que llegaba en moto y sin decir mucho, recibía la plata.


Hace seis meses, Carlos decidió no acceder más a la “vacuna”. Acudió a las autoridades y denunció con la esperanza de acabar esa actividad irregular. Al sujeto que lo extorsionaba lo capturaron y no volvió a aparecer. El panorama cambió en la mañana del miércoles, cuando el presunto delincuente regresó ya no con intenciones de recibir dinero, sino de acabar con él.



Esa es la versión que se escucha entre los que conocieron al hombre, de 38 años; sin embargo, serán las investigaciones de la Policía las que esclarecerán este crimen que se suma a los casos que bañan de sangre las calles de Cartagena.


FUENTE DE LA INFORMACION ES www.eluniversal.com.co

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